martes, 24 de marzo de 2009

La Casa Danzante

Praga es una ciudad de larga tradición histórico-cultural. Sin embargo, desde hace poco más de una década el arquitecto Frank. O. Gehry ha instalado un edificio que realmente rompe con todos los esquemas, a pesar de que recupera algunos rasgos de la arquitectura convencional de la ciudad, por lo que transmite una bocanada del aire fresco de la modernidad en una ciudad verdaderamente ancestral.
También denominado Ginger y Fred – en honor a la mítica pareja de bailarines – la casa es una construcción de estilo deconstructivista, que sin embargo logra integrarse al vecindario de la costa este del río Moldava.
El diseño plantea una ruptura de las líneas rectas: justamente la sinuosidad de sus curvas da realmente la sensación de que se estuviesen moviendo al compás de una melodía. Se dice que este quiebre representa en la arquitectura el giro político operado en 1989, en el que, a partir de un nuevo lenguaje pero que pueda ser entendido por todos, se pretende dar un salto hacia el futuro.
Emplazado sobre una superficie de 5.400 m2, se ha utilizado para su construcción acero, cristal y hormigón. En su parte superior tiene una cúpula – muy utilizada en los edificios tradicionales de Praga – pero, claro está, hecha a su propio estilo.
En el tejado hay un restaurante francés con extraordinarias vistas del río Vltava.
La Casa Danzante es una muestra de talento artístico y arquitectónico, además de demostrar que lo clásico y lo moderno pueden convivir.

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